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18-03-2022

La importancia del uso correcto de un suplemento vitamínico

La mejor fuente de vitaminas es una dieta equilibrada y variada. Sin embargo, los estados carenciales de éstas afectan no solo a poblaciones de países en vías de desarrollo, sino también a la población de países desarrollados como España, en los que de manera general hay fácil acceso a los alimentos ricos en nutrientes.

Las deficiencias vitamínicas pueden estar ligadas a malos hábitos alimentarios, a requerimientos especiales en determinadas situaciones o grupos de edad o a la reducción del consumo o de la absorción de vitaminas, entre otros.

Las vitaminas se agrupan en dos categorías: las vitaminas liposolubles, que se almacenan en el hígado, tejido graso y músculos del cuerpo (A, D, E y K) y las vitaminas hidrosolubles que no se almacenan en el cuerpo (vitamina C y todas las vitaminas B). Estas últimas se disuelven en agua y, por lo tanto, se eliminan del organismo a través de la orina. Debido a que el organismo no las sintetiza, deben ser obtenidas a través de la dieta, siendo fundamental su ingesta para el adecuado funcionamiento del organismo. Algunos problemas y síntomas generales que se pueden percibir cuando existe un déficit de este tipo de vitaminas son: anemia, debilidad muscular, alteraciones en la piel, irritabilidad o fatiga, por ejemplo, cuando el déficit es pequeño y los síntomas son menores; sin embargo, pueden llegar a manifestarse como síntomas de dolores de espalda, en convalecencias o dietas insuficientes.

En las situaciones descritas, se puede utilizar un suplemento vitamínico adecuado que ayude a prevenir y tratar las deficiencias de determinadas vitaminas. Así, para obtener una mayor eficacia en la utilización de un suplemento de este tipo, debemos seguir las recomendaciones y el consejo de un profesional sanitario experto que pueda indicarnos la pauta de uso correcto para ello.

¿Qué es un suplemento vitamínico?

Un suplemento vitamínico puede contener una vitamina en concreto o bien una combinación de vitaminas que cumplen funciones únicas en el organismo.

La suplementación es el término utilizado para describir la administración de dosis relativamente altas de micronutrientes generalmente en forma de tabletas, comprimidos o cápsulas entre otras. Tiene la ventaja de que es posible suministrar la cantidad óptima de uno o varios nutrientes, en algunas ocasiones son compuestos con alta absorción y, con frecuencia, es la manera más rápida para controlar las carencias en micronutrientes en individuos o poblaciones identificadas como deficientes, como en el caso de las vitaminas.

En concreto, las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita para su correcto funcionamiento, proceden de los alimentos ya que el cuerpo humano no tiene capacidad para sintetizarlas. Son, por lo tanto, nutrientes esenciales y un aporte insuficiente de vitaminas se asocia a diversos problemas de salud.

Conviene diferenciar un suplemento vitamínico de un complemento alimenticio, ya que no todos los suplementos vitamínicos se consideran complementos alimenticios y viceversa. Los complementos alimenticios son productos consistentes en fuentes concentradas en nutrientes que se presentan con la finalidad de complementar la ingesta de estos en la dieta normal ya que, aunque en circunstancias normales, una dieta adecuada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano, las investigaciones realizadas demuestran que esta situación ideal no se da siempre en la práctica real para todos los nutrientes ni para todos los grupos de población. Se debe tomar la dosis diaria recomendada en el etiquetado del producto, que no debe ser excedida y no puede sustituir una dieta equilibrada.

¿Cuándo tomar un suplemento vitamínico?

El consumo de alimentos muy refinados, así como una progresiva reducción en la cantidad total de alimentos ingeridos con objeto de evitar la obesidad, constituye un importante factor de riesgo para la aparición de deficiencias nutricionales, entre las cuales se encuentran las deficiencias vitamínicas. En esta situación podría pensarse en la utilización de los suplementos vitamínicos como suplementos necesarios para casos concretos y con la finalidad de restaurar un adecuado estado nutricional.

Lo más común es encontrar deficiencias nutricionales subclínicas, las cuales son más habituales en determinados grupos de población como niños, gestantes, ancianos, deportistas, etc. Los suplementos vitamínicos no pueden reemplazar la variedad de alimentos que son importantes para una vida saludable. Sin embargo, quienes no obtienen suficientes vitaminas solo de los alimentos, consumen dietas bajas en calorías, tienen poco apetito, problemas malabsortivos o no ingieren ciertos alimentos como los vegetarianos o vegetarianos estrictos, e incluso personas que estén tomando determinados fármacos, podrían beneficiarse de la utilización de un suplemento vitamínico para contrarrestarlo.

¿Es bueno tomar suplementos vitamínicos?

Mientras numerosos profesionales sanitarios consideran que una dieta equilibrada es suficiente para cubrir las necesidades vitamínicas de la persona, otros profesionales entienden que el procesado de los alimentos, su exposición a factores ambientales (luz y aire) y el cocinado, conllevan una pérdida de nutrientes especialmente de vitaminas por lo que la suplementación estaría indicada en los casos de personas con un déficit nutricional, siguiendo las pautas de uso adecuada. En este sentido, algunas personas en situaciones de déficit nutricional podrían beneficiarse de utilizar ciertos suplementos vitamínicos. 

Uso correcto de los suplementos vitamínicos

Es bien conocido que cada una de las vitaminas realiza una función fisiológica y que su carencia da lugar a problemas de salud específicos. La indicación más evidente de los suplementos vitamínicos son los estados carenciales; sin embargo, es cada vez más habitual que se soliciten para prevenir o tratar determinados problemas de salud. A ello contribuye el hecho de que muchos usuarios tienen una percepción excesivamente positiva de las vitaminas y tienden a aceptar cualquier mensaje que relacione su consumo con la protección de la salud. Esto se ve favorecido por su carácter de nutrientes esenciales y por la circunstancia de que las fuentes naturales de muchas ellas son alimentos que la mayoría de la población percibe como especialmente saludables.

Se debe tener en cuenta los niveles máximos de ingesta admisible para vitaminas evaluados por la EFSA. El concepto de Tolerable Upper Intake Level (UL) es el nivel más alto de ingesta de nutrientes a la que es probable que no se observe ningún efecto adverso para la salud en la mayoría de los individuos de la población general.

Es importante que un profesional sanitario como el farmacéutico nos asesore sobre la elección del suplemento vitamínico más adecuado y sobre su correcto proceso de uso en tiempo y forma. Los suplementos vitamínicos son en general productos muy seguros cuyo consumo incluso en exceso implica escaso riesgo para individuos sanos.

Un ejemplo de ello son los suplementos vitamínicos que existen en el mercado actual que, además de ayudar a restaurar el nivel adecuado de vitaminas en el organismo y revocar determinados estados carenciales, pueden aportar un refuerzo a otras medidas como la toma de algún antiinflamatorio. De esta manera, pueden contribuir a paliar algunos síntomas como por ejemplo el dolor de espalda, en el caso de las vitaminas del grupo B. Éstas pueden ser indicadas por el farmacéutico tanto en adultos como en adolescentes mayores de 14 años. Su indicación debe ir acompañada de las recomendaciones adecuadas como la toma de un comprimido al día siendo, de manera general, un tratamiento que no debe superar los 15 días de duración, aunque el médico podría recomendar la administración durante más tiempo.

Para conseguir la máxima efectividad del suplemento vitamínico se debe utilizar siguiendo las pautas del profesional sanitario y sus recomendaciones sobre el correcto proceso de uso.

Referencias

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  3. Allen L.; de Benoist, B.; Dary, O.; Hurrel, R. Guías para la fortificación de alimentos con micronutrientes. Organización Mundial de la Salud y Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. 2017. ISBN 978-92-4-359401-9. [Acceso: 17 de febrero de 2022]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/255541/9789243594019-spa.pdf
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  5. Del Arco, J. Complementos vitamínicos. El farmacéutico. 2018. Nº560. [Acceso: 17 de febrero de 2022]. Disponible en: https://www.elfarmaceutico.es/uploads/s1/19/22/ef560-profesion-complementos.pdf
  6. Niveles máximos de ingesta admisible para vitaminas y minerales evaluados por EFSA. Agencia Española de Seguridad alimentaria y Nutrición. Ministerio de Consumo, Gobierno de España. 2020. [Acceso: 17 de febrero de 2022]. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/niveles_maximos.htm
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