Falta de adherencia: factores que influyen

Ante esta situación, el farmacéutico como profesional sanitario, puede ayudarnos a mejorar la adherencia a los tratamientos, siguiendo la estrategia adecuada para abordar los distintos factores que influyen en la falta de adherencia en cada caso particular.

¿Qué es la adherencia?

La OMS define “adherencia terapéutica” como el grado en que el comportamiento de una persona (tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar cambios del modo de vida), se corresponde con las recomendaciones acordadas con un prescriptor de asistencia sanitaria.

Los términos cumplimiento y adherencia se han utilizado indistintamente para hacer referencia a la puesta en práctica de las recomendaciones de salud y/o terapéuticas, pero son dos conceptos con matices diferentes. 

El cumplimiento implica una conducta de sumisión y obediencia a una orden, refleja una conducta pasiva (por parte del paciente) y/o activa (por parte del médico y/o personal sanitario), dando así importancia o “culpando” solo a una de las dos partes. Por otro lado, la adherencia terapéutica requiere el consentimiento del paciente con las recomendaciones recibidas, y expresa una colaboración activa entre el profesional sanitario y el paciente en la toma de decisiones que afectan a su propia salud. 

¿Qué supone una falta de adherencia?

La falta de adherencia al tratamiento farmacológico es un problema de salud pública muy prevalente. Además, debido al aumento de la esperanza de vida de la población, se prevé que este problema siga incrementándose. Se estima que aproximadamente la mitad de los pacientes crónicos en países desarrollados no son adherentes al tratamiento. 

¿Qué factores influyen en la falta de adherencia?

La OMS clasificó los factores que intervienen en la adherencia terapéutica en cinco dimensiones: 

1. Factores socioeconómicos

Destaca la importancia del soporte familiar y/o social del paciente. Aquellos pacientes que cuentan con un buen soporte emocional de su entorno o forman parte de una familia cohesionada tienen una mejor adherencia al tratamiento. Asimismo, el coste del tratamiento, la falta de cobertura sanitaria, pertenecer a una clase social baja o tener problemas económicos, en general, han sido descritos como factores negativos para la adherencia terapéutica.

2. Factores relacionados con el sistema sanitario 

Uno de los factores más influyentes dentro de esta categoría es la relación profesional sanitario-paciente. Una comunicación deficiente entre ambas partes, falta de confianza, insatisfacción con: la atención recibida, información insuficiente acerca de su tratamiento y/o patología, etc. pueden influir negativamente en la adherencia al tratamiento.

3. Factores relacionados con el tratamiento 

La aparición de efectos adversos o tratamientos con pautas complejas pueden comprometer la adherencia terapéutica. En general, la toma de un menor número de comprimidos o una menor frecuencia de administración facilita la adherencia. Sin embargo, pueden influir también el tamaño de los comprimidos, el sabor de la formulación, la administración por vía parenteral o una duración prolongada del tratamiento, entre otros.

4. Factores relacionados con la patología 

La severidad de la patología, su pronóstico o el impacto que pueda tener en la calidad de vida también puede modificar el comportamiento terapéutico de los pacientes. La ausencia de síntomas o la mejoría clínica de la enfermedad pueden suponer una barrera para tener una correcta adherencia al tratamiento. Sin embargo, cuando hay un empeoramiento de los síntomas o cuando la propia enfermedad provoca cierto grado de discapacidad, generalmente, se produce un efecto positivo en la adherencia terapéutica.

5. Factores relacionados con el paciente

En general, cuanto más joven es el paciente, menor es la adherencia al tratamiento. El género y el nivel educativo también pueden influir, pero los resultados son contradictorios. En cuanto al estado civil, algunos estudios apuntan que el matrimonio o el hecho de vivir en compañía, son factores facilitadores para una correcta adherencia terapéutica. Influyen también: el conocimiento que tiene el paciente de la enfermedad, las creencias y la propia personalidad del paciente.

Derivado de todos estos factores, entre las principales consecuencias de una incorrecta adherencia terapéutica se encuentran: la disminución de la efectividad de los tratamientos y un incremento de los costes sanitarios, lo cual repercute en la eficiencia de los sistemas sanitarios. Además, puede comprometer la seguridad de las terapias farmacológicas ya que, en algunos casos, lleva a la intensificación de los tratamientos al no lograr el objetivo terapéutico. Asimismo, algunos estudios han demostrado que la falta de adherencia al tratamiento se correlaciona con un aumento de la mortalidad.

Estrategias para mejorar la falta de adherencia

Existen diferentes estudios sobre diferentes estrategias diseñadas para mejorar la adherencia a la medicación prescrita que han sido objeto de varias revisiones sistemáticas, cada una de las cuales ha utilizado diferentes clasificaciones de dichas estrategias, aunque de manera general se pueden agrupar en las siguientes categorías:

1. Técnicas: normalmente dirigidas a simplificar el régimen de prescripción reduciendo el número de dosis diarias con la utilización de formulaciones de liberación controlada o reduciendo el número de fármacos diferentes utilizados, por ejemplo, fármacos en combinación a dosis fijas.
2. Conductuales: las más comunes proveen al paciente de recordatorios o ayudas de memoria (a través de llamadas telefónicas, mensajes o correo electrónico), de sistemas de dosificación con alarmas que recuerdan la hora de la toma o de organizadores de medicación, como el SPD. El SPD en concreto, es una herramienta de adherencia terapéutica que supone una ventaja tanto para el paciente/cuidador de cara a cumplir el tratamiento prescrito y también resulta de gran ayuda para el farmacéutico comunitario en el seguimiento farmacoterapéutico del paciente.

Otra clase de intervención consiste en monitorizar la toma de medicación por medio de calendarios de cumplimiento donde se anota que se ha tomado la medicación, ofrecer recompensas en caso de cumplimiento terapéutico, etc.

1. Educativas: aproximaciones didácticas orientadas a que el paciente adopte voluntariamente una actitud positiva frente a la medicación a través del aumento de conocimientos sobre su enfermedad, el tratamiento y la importancia de la adherencia a éste.
2. De apoyo social y familiar: las intervenciones incluidas en este grupo tienen como objetivo mejorar la adherencia a través de un buen soporte social y la implicación de la familia o los amigos en el control de la enfermedad y la medicación. Como por ejemplo programas de ayuda domiciliaria, prescripción de medicamentos con mejor relación coste-beneficio, etc.
3. Dirigidas al profesional sanitario, a la administración y la industria farmacéutica: a través de programas educacionales sobre técnicas de comunicación y enseñanza o estrategias conductuales normalmente basadas en recordar la necesidad de abordar medidas preventivas con los pacientes. En lo que respecta a la industria, las intervenciones deben ir dirigidas a la investigación y el desarrollo de formulaciones alternativas que permitan simplificar la posología facilitar administración de medicamentos.
4. Combinaciones: realizar varias intervenciones de forma paralela.

Dado el origen multifactorial de la falta de adherencia, no hay ninguna estrategia individual que haya resultado eficaz para todos los pacientes y todas las enfermedades. Así, las estrategias que han demostrado mayor eficacia combinan dos o más intervenciones.

Además, es necesario personalizar las intervenciones dirigidas a mejorar la adherencia en función de los factores implicados en el incumplimiento de las características individuales del incumplidor.

Por todos estos motivos, resulta evidente la necesidad de abordar la falta de adherencia para mejorar los resultados clínicos y la sostenibilidad del sistema sanitario. 

El farmacéutico, como profesional sanitario del Sistema Nacional de Salud, tiene un papel fundamental en la adherencia terapéutica y constituye un agente clave para evaluar el grado de adherencia de los pacientes al tratamiento e instaurar intervenciones para su mantenimiento o mejora.

Así, el farmacéutico posee un rol central en la adherencia terapéutica, por su formación y experiencia en medicamentos, la adquisición de destrezas y habilidades para fomentar cambios de comportamiento de forma efectiva y su proximidad con los pacientes durante su actividad diaria. Todo ello facilita su intervención directa con los pacientes de manera individualizada, favoreciendo la consecución de objetivos en la disminución de la falta de adherencia a los tratamientos.

Referencias

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4. Pagès-Puigdemont, N.; Valverde-Merino, M.I. Adherencia terapéutica: factores modificadores y estrategias de mejora. Ars Pharm, 2018. 59(4): 251-258. [Acceso: 30 de marzo de 2022]. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2340-9894201800040025