Con la llegada de la temporada invernal se incrementa la frecuencia de los resfriados y uno de sus síntomas más comunes es, sin duda, la congestión nasal, que con mayor frecuencia acompaña a las afecciones agudas del tracto respiratorio superior.
El resfriado afecta cada año a millones de personas en todo el mundo y es la causa de mayor absentismo laboral. Actualmente sólo se dispone de tratamiento sintomático, para aliviar los síntomas y curar posibles complicaciones. Además, en los meses fríos, al permanecer mayor tiempo en lugares cerrados, poco ventilados y secos, las posibilidades de presentar un resfriado aumentan.
Dada la frecuencia de aparición de este tipo de síntomas y la época del año en la que estamos, resulta de interés conocer qué es la congestión nasal, cómo se produce, cómo aliviarla, los tipos de descongestivos nasales y sus características y la posibilidad de uso del agua de mar.
¿Qué es la congestión nasal?
La congestión nasal puede describirse como la sensación de una reducción del flujo de aire nasal o una sensación de plenitud facial implicando numerosos mecanismos subyacentes. Estos incluyen inflamación de la mucosa (que a menudo implica congestión venosa), un incremento de las secreciones nasales e hinchazón de tejidos/edema; los problemas físicos afectan a la estructura del pasaje nasal y/o modulación en la percepción sensorial.
¿Cómo se produce la congestión nasal?
La mucosa nasal actúa como una barrera contra los patógenos externos y además tiene propiedades antioxidantes, antiproteasa y antimicrobianas. Los componentes principales de la mucosa nasal son las mucinas, las cuales juegan un papel importante en las defensas antimicrobianas y antiinflamatorias, como es el aclaramiento mucociliar. El epitelio ciliado atrapa los cuerpos extraños en una capa superficial de moco que emigra hacia la nasofaringe. Durante un proceso inflamatorio, el aclaramiento mucociliar puede verse afectado, lo que conduce a una acumulación excesiva de moco, que se manifiesta como un aumento de la descarga nasal. La vascularización nasal proporciona una función homeostática óptima, mientras que la inflamación conduce a una mayor permeabilidad vascular, que causa una congestión nasal significativa.
Por tanto, la inflamación de la mucosa es el mecanismo fisiopatológico central que subyace muchos de los específicos e interrelacionados factores que contribuyen a la congestión, incluyendo el aumento de la congestión venosa, incremento de las secreciones nasales y la hinchazón de tejidos/edema.
Asimismo, la congestión nasal también puede ser secundaria debido a causas estructurales, como desviación del tabique nasal, concha bullosa, neoplasia, etc.
Tipos de descongestivos nasales y sus características
El tratamiento farmacológico de la congestión nasal se basa en el empleo de medicamentos que alivian la sintomatología.
El estado de los sinusoides nasales está regulado por mecanismos de tipo adrenérgico, específicamente mediados por receptores alfa (α). Existen receptores α1 y α2. Tanto la activación de los receptores α1 como la de los α2 produce la contracción de las células musculares vasculares y reduce el contenido de sangre de la mucosa, lo que causa la descongestión de ésta y el aumento del flujo aéreo.
De manera general, los descongestivos nasales actúan estimulando los receptores adrenérgicos alfa del músculo liso de la pared vascular, provocando una vasoconstricción local y, por tanto, una disminución del edema nasal. Suelen utilizarse en formulaciones tópicas, aunque también existen preparados orales.
Los descongestivos nasales tópicos, aplicados directamente en las fosas nasales en forma de gotas, nebulizador o gel, son agentes simpáticomiméticos que causan la constricción de las arterias y, por consiguiente, reducen el flujo sanguíneo, con lo que se disminuye la congestión nasal. Los más empleados de este tipo son los agonistas α2, que son los que producen efectos más potentes, duraderos y selectivos. Se emplean aplicados localmente, su acción se limita a producir vasoconstricción de la mucosa respiratoria, y por ello inducen su descongestión. Su aplicación es eficaz para reducir a corto plazo la congestión, pero carecen de efecto sobre los estornudos, la rinorrea y el picor nasal u ocular. Se pueden utilizar como tratamiento sintomático de ataque en pacientes con obstrucción nasal grave. Sin embargo, un uso excesivo de descongestionantes tópicos durante más de dos o tres días puede llevar a la pérdida de efectividad y producir síntomas de rebote.
Los descongestivos nasales sistémicos ofrecen la ventaja, frente a los productos tópicos, de una acción más duradera y completa, de provocar una menor irritación local y de no producir una congestión de rebote al suspender el tratamiento por abuso. Sus inconvenientes son que producen una acción más lenta y, sobre todo, una vasoconstricción periférica generalizada.
Ante los inconvenientes encontrados en el uso de descongestionantes tópicos y sistémicos, una buena opción terapéutica puede ser el uso del agua de mar que se detalla a continuación.
Uso de agua de mar como descongestivo
De acuerdo con el autor Kai Zhao, un tratamiento efectivo para la congestión nasal podría necesitar incluir la óptima restauración de la humedad y la temperatura para el flujo de aire nasal del paciente.
Así, una de las opciones terapéuticas para combatir la congestión nasal es el uso de agua de mar, que es un producto que desempeña un papel significativo en el alivio de la congestión nasal. El agua de mar, aunque no pertenece al grupo de los vasoconstrictores nasales, es digno de mención cuando se habla de descongestión nasal, ya que a menudo constituye su primer tratamiento, antes de recurrir al tratamiento farmacológico. Consiste en una solución de agua de mar estéril, rica en oligoelementos y sales minerales, que ayudan a eliminar las secreciones y a descongestionar las mucosas, de manera que, haciendo lavados, facilitan la eliminación de la mucosidad.
Existen en el mercado actual productos realizados a base de agua de mar en formato spray, fáciles de aplicar y que se utilizan como descongestivos nasales. Están diseñados para ayudar durante los procesos patológicos, que cursan con congestión nasal y secreciones. Su uso diario ayuda a limpiar, proteger e hidratar la cavidad nasal. Podemos encontrar además soluciones de agua de mar hipertónicas, cuyo efecto hidratante puede verse aumentado si contiene Aloe Vera en su composición, ya que ayudan a prolongar el efecto de hidratación del agua de mar. Asimismo, estos productos pueden estar formulados con otras sustancias como eucalipto o menta, que le proporcionan además un placentero aroma refrescante.
En caso de presentar congestión nasal, es oportuno consultar al médico o farmacéutico ya que, como profesionales sanitarios, sabrán orientarnos sobre el uso de este tipo de productos y recomendarnos el más adecuado en cada situación. Existen además diferentes composiciones y formatos fáciles para facilitar que puedan llevarse cómodamente y utilizarlo siempre que se necesite.
Morán Álvarez, M. E. Congestión nasal y su respuesta a la temperatura. Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de Guatemala. Facultad de Ciencias Médicas. Escuela de estudios de Posgrado. 2014. [Acceso: 29 de diciembre de 2023]. Disponible en: https://biblioteca.medicina.usac.edu.gt/tesis/post/2014/157.pdf
