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20/02/2024

Rinoconjuntivitis alérgica: identificación y soluciones

En los últimos años se ha observado un incremento de las enfermedades alérgicas en los países desarrollados que se ha relacionado con una disminución de las infecciones, debido en buena parte al empleo de vacunas y, de manera general a una mayor higiene de la población.

Las enfermedades alérgicas predominan tanto en la población infantil como en los adultos como muestran diversos estudios, aunque las cifras son muy variables de unos países a otros. Por ejemplo, en un amplio estudio que comprende varios países de Europa, se ha visto que en España la rinoconjuntivitis afecta al 11,5% entre los 6 y 14 años (en Europa al 12%).

A su vez, el aparato respiratorio es el más afectado por la fácil exposición a alérgenos ambientales, a lo que igualmente está expuesta la conjuntiva ocular, de ahí que tanto la rinitis, la conjuntivitis y la rinoconjuntivitis, sean trastornos bastante comunes y frecuentes entre la población. Por ello es importante conocer estos procesos, su prevalencia y el tratamiento sintomático que podemos utilizar para poder identificarlos y ponerles solución.

¿Qué es la rinoconjuntivitis?

La rinoconjuntivitis es una de las enfermedades crónicas más prevalentes, especialmente en la infancia. De manera habitual, los alérgenos inhalados como los pólenes o ácaros, y en menor medida, epitelios y hongos, a los que el sujeto está expuesto de forma natural por vía respiratoria, son los responsables de la rinitis alérgica. En esta enfermedad confluyen la rinitis y la conjuntivitis alérgica así como sus síntomas, por lo que cabe hacer mención a ambas por separado.

La rinitis alérgica se manifiesta por síntomas como prurito que induce al frotamiento, estornudos, rinorrea y congestión, además de palidez de la mucosa, edema e hiperemia. Es una afección común que afecta a entre el 10% y 30 % de la población mundial y cuya prevalencia incrementa. Causa significativa morbilidad, discapacidad, y afecta a la calidad de vida de los que la padecen. Hoy en día es considerado un importante problema de salud pública, no solo en poblaciones de países desarrollados, sino también en países de medianos y bajos ingresos.

Además, se estima que hasta un 90% de las personas que sufren rinitis alérgica presentan síntomas a nivel ocular. La rinitis y la conjuntivitis alérgica se relacionan con cefalea, fatiga baja, concentración, insomnio y disminución de la productividad. El ojo, debido a que no presenta barreras mecánicas que lo defiendan de agentes externos, está expuesto al impacto de diversos alérgenos que pueden ocasionar diferentes reacciones alérgicas inflamatorias.

Así, la conjuntivitis alérgica es la forma más común de alergia ocular (entre el 25% y 50% de los cuadros oculares). Habitualmente se presenta de forma estacional en los países donde con normalidad hay estaciones (especialmente en primavera y verano), ya que son épocas en que existen polen, mohos y diversos elementos vegetales dispersos en el aire. Asimismo, puede presentarse de forma permanente, aunque menos intensamente en sintomatología, en aquellos países donde las estaciones no están bien diferenciadas, cuando alérgenos como los ácaros, mohos y escamas de animales y la polución ambiental, comprometen la conjuntiva y la mucosa nasal.

Prevalencia de la rinoconjuntivitis

Resulta frecuente la conjunción de ambos procesos, rinitis y conjuntivitis, afectando en España a entre el 8% y el 15% de la población infantil entre los 6 y 14 años. En este sentido, un estudio realizado que incluye niños y adultos indicó que un 53% de los pacientes con rinitis, tenían síntomas de conjuntivitis, si bien, a veces, las molestias eran leves, pasando desapercibidas. La presentación y evolución de la rinoconjuntivitis puede ser leve y esporádica o grave (más persistente o reincidente), alterando las actividades diarias y el sueño.

La incidencia es muy variable en distintos países y a lo largo del tiempo, de tal forma que deben considerarse los posibles factores que influyen en ello. Es muy probable que el control, tratamiento y prevención de los procesos infecciosos (sobre todo por la difusión de vacunas preventivas), en gran parte dependiente del nivel económico y cultural de los distintos países, pueda contribuir a la mayor incidencia de procesos alérgicos en los más desarrollados.

Diagnóstico de la rinoconjuntivitis

El diagnóstico de esta patología requiere estudio alergológico (IgE total y específica) en sangre y, posiblemente, nasal y conjuntival, además de provocación tópica con los alérgenos sospechosos.

La existencia de otros procesos alérgicos (eccema, asma) y los antecedentes familiares de atopia apoyarán la causalidad alérgica; si bien, su diagnóstico requiere confirmación serológica y pruebas cutáneas. La precisión diagnóstica implica valoración en la mucosa nasal y la conjuntiva, antes y tras la provocación con los alérgenos. Es importante tener en cuenta que antes de efectuar la provocación nasal o conjuntival, es necesario haber suprimido varios días antes cualquier medicación antialérgica oral o tópica (antihistamínicos, corticoides, antileucotrienos).

Tratamiento sintomático

Ante una afectación de tipo rinoconjuntivitis, se pueden emplear determinadas medidas. En primer lugar, hay que tratar de reducir los alérgenos ambientales. Los ácaros del polvo son los más frecuentemente implicados, puesto que pueden estar presentes en almohadas, colchones, mantas y alfombras. De igual manera, los animales domésticos y los hongos que proliferan en los ambientes húmedos pueden tener influencia en su aparición. Asimismo, como fuera del domicilio la reducción de los pólenes resulta difícil, se recomienda cerrar las ventanas del hogar en épocas de polinización para prevenirlo.

Otra de las medidas que se puede adoptar para el tratamiento sintomático de la enfermedad es emplear algún tratamiento farmacológico. Entre las opciones terapéuticas se encuentran los medicamentos antihistamínicos, algunos especialmente indicados para los casos de rinoconjuntivitis. En este sentido, existen en el mercado actual medicamentos antihistamínicos como la bilastina que se pueden dispensar en la farmacia comunitaria sin receta médica. Están indicados especialmente para tratar los síntomas de la rinoconjuntivitis alérgica, como estornudos, picor nasal, secreción nasal, para aliviar la congestión nasal y ojos rojos, tanto en adultos como en adolescentes a partir de 12 años. En concreto, bilastina presenta la ventaja de que no da somnolencia, a diferencia de otras moléculas o tratamientos farmacológicos que se usan para el alivio de dichos síntomas.  Podemos encontrar presentaciones de bilastina en blíster precortado de 7 o 14 comprimidos y, gracias a su acción rápida y prolongada, solo es necesario utilizar un comprimido al día. Además, éstos son ranurados, lo que facilita su deglución si se parten.

A la hora de utilizar un antihistamínico como bilastina es importante consultar previamente con el médico o el farmacéutico para que realice una adecuada indicación del medicamento según los síntomas que presenta el paciente. De esta manera, el profesional sanitario podrá valorar si el paciente precisa la toma de un tratamiento paliativo de este tipo y, en caso de que sea adecuado bajo su criterio, debe indicar al paciente la pauta correcta de administración del comprimido. Éste debe tomarse una hora antes o dos horas después de haber tomado cualquier alimento o zumo de fruta. Asimismo, en caso de no mejorar o empeorar, el paciente debe acudir al médico después de siete días.

 

REFERENCIAS

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