NORMON > BLOG > Fiebre en niños: ¿Qué hacer?

< VOLVER

21/03/2024

Fiebre en niños: ¿Qué hacer?

La fiebre es probablemente el síntoma más frecuente en los niños y una de las razones más comunes por la que se busca atención médica en la edad pediátrica.

Afortunadamente la mayoría de los episodios febriles son de naturaleza viral y autolimitada, pero entre un 5-10% de los síndromes febriles en pediatría necesita una adecuada valoración por el médico para encontrar su causa y evitar complicaciones serias como meningitis, neumonías, infecciones del tracto urinario, etc.

La fiebre es probablemente el síntoma más frecuente en los niños y una de las razones más comunes por la que se busca atención médica en la edad pediátrica. Afortunadamente la mayoría de los episodios febriles son de naturaleza viral y autolimitada, pero entre un 5-10% de los síndromes febriles en pediatría necesita una adecuada valoración por el médico para encontrar su causa y evitar complicaciones serias como meningitis, neumonías, infecciones del tracto urinario, etc.

En muchas ocasiones la fiebre en niños es causa de angustia familiar que motiva visitas a consultorios y servicios de urgencia tanto en atención primaria como hospitalaria. Por ello, es importante conocer qué es la fiebre o a qué se considera fiebre, qué formas tenemos de medirla y cuál es la más adecuada, qué tratamiento sintomático podemos utilizar y las recomendaciones para abordarla o acudir al médico en caso necesario.

¿Qué es la fiebre?

Se define como fiebre el aumento de la temperatura corporal de causa patológica. Debe diferenciarse de la hipertermia fisiológica, que es la elevación de la temperatura corporal que puede producirse en determinadas situaciones que hay que conocer y descartar como, por ejemplo: arropamiento excesivo o ambiente térmico cálido (especialmente, en lactantes).

Así, la fiebre se define como una temperatura corporal por encima de lo normal, que varía según el sitio de medición: rectal igual o superior a 38ºC, oral por encima de 37,8ºC y axilar por encima de 37, 2º. La temperatura corporal promedio es de 37ºC y en condiciones normales puede fluctuar durante el día desde una cifra de 36,1ºC en la mañana hasta 38ºC en la tarde. Elevaciones moderadas que van hasta 38, 5ºC pueden ser causadas por ejercicio, exceso de abrigo, tiempo caluroso o alimentos o bebidas calientes. Si en el momento de evaluar la temperatura se sospecha de una de estas causas, se debería volver a medir la temperatura después de media hora.

Medición de la fiebre en niños

Una de las dudas más frecuentes es la técnica que debe utilizarse para registrar la temperatura corporal en los niños y el nivel de corte que nos indica la presencia de una temperatura anormalmente elevada. En niños, los lugares más frecuentes de medición de temperatura son la vía rectal, axilar/oral y por métodos infrarrojos con las siguientes características:

  • Rectal
    • Es considerada como la más adecuada para estimar la temperatura central.
    • Es recomendada por la mayoría de las guías para medir la temperatura en neonatos y lactantes, en los que no exista contraindicación (pacientes neutropénicos, cirugía rectal reciente, etc.).
    • En el niño mayor, debido a la incomodidad de este tipo de medición, se utilizan habitualmente otras vías.
       
  • Axilar/oral
    • Ambas opciones son vías alternativas a la vía rectal, siendo la más utilizada en nuestro entorno la primera de ellas.
    • La medición de la temperatura vía oral puede verse afectada por la respiración bucal. Aunque diferentes estudios han demostrado que la temperatura registrada por estas vías es inferior a la obtenida por vía rectal, no se recomienda realizar la conversión debido al amplio rango de diferencias obtenido.
       
  • Métodos infarrojos
    • Vía ótica: su uso por parte de las familias ha ido en aumento por su facilidad de uso. Sin embargo, los termómetros de venta al público son poco precisos, por lo que no se recomiendan para tomar decisiones clínicas.
    • En la frente: registra la temperatura producida por la arteria temporal. Al igual que los anteriores, no se recomienda su uso por existir amplias variaciones entre la temperatura que registran y la central. Además, la medición puede verse afectada por factores como el sudor o cambios vasculares.
       

De todos ellos, la temperatura rectal es la única que muestra una correlación correcta con la temperatura central del organismo. Se recomienda, por tanto, utilizar la toma de temperatura rectal en niños durante un minuto antes de realizar su lectura. Asimismo, para realizar una correcta toma de temperatura rectal, el termómetro, previa lubricación, debe introducirse en el recto por su parte metálica que debe quedar oculta, favoreciendo la apertura del ano con los dedos índice y pulgar de la otra mano.

Tratamiento sintomático y recomendaciones

Todos los niños con fiebre estarán más cómodos con la administración de líquidos extras, una disminución al máximo de la ropa, reducción de la actividad y manteniendo una temperatura ambiental normal con buena circulación de aire en la habitación para que haya una pérdida de calor apropiada. Si el niño siente frío o presenta escalofríos, se le cubre convenientemente, hasta que se eleve la temperatura y desaparezca el escalofrío.

Se pueden realizar baños en agua templada (32-36ºC) y un mínimo de 15-20 minutos y utilizar compresas húmedas. Hay que tener precaución con el uso de alcohol y agua fría sobre la piel, pues agravan la vasoconstricción superficial y pueden provocar colapso, especialmente en los lactantes, además de los peligros de intoxicación ligados al uso del alcohol. 

Por otra parte, el descenso de la temperatura corporal conseguido por medios físicos es de breve duración, provoca un aumento del metabolismo basal, favorece los escalofríos y a la mayor parte de los niños le provoca incomodidad. En caso de utilizarse este método, da mejor resultado administrando media hora antes un antipirético, con el fin de bajar la temperatura, evitando así los escalofríos provocados por el desajuste entre la temperatura de la piel y el regulador hipotalámico.

Asimismo, para aliviar la sintomatología y disminuir la fiebre en los niños se puede utilizar un medicamento antipirético, que preferiblemente se debe utilizar en función del malestar y el aspecto del niño. El uso de fármacos antipiréticos en niños está especialmente recomendado en caso de fiebre que cause malestar general, siendo paracetamol el antipirético de referencia. Además, este principio activo al ser también analgésico permite tratar también el dolor asociado a la fiebre y, en consecuencia, mejorar el confort del niño, lo que nos ayuda a valorar más adecuadamente la gravedad de la enfermedad causante.

Existen en el mercado presentaciones de paracetamol para administrar por vía oral cuyo uso está destinado a niños entre 3 y 32 kg (aproximadamente de 0 a 10 años). En este sentido, hay que fomentar el uso de la vía oral, de absorción más segura y dosificación ajustable. La dosis del medicamento depende del peso del niño, siendo recomendada una dosis diaria aproximada de paracetamol de 60 mg/Kg/día, repartido en 4 o 6 tomas diarias, es decir, 15 mg/Kg cada 6 horas o 10 mg/Kg cada 4 horas.

Asimismo, es conveniente advertir a los familiares de los efectos reales del tratamiento antipirético. Éste empieza a hacer su acción a los 30-60 minutos y no debe esperarse una reducción superior a 0,5-1ºC. Esto es importante ya que, en caso de no conocer estos datos, hará que muchos padres consideren fracaso terapéutico una respuesta normal.

¿Cuándo acudir al médico?

Desde el punto de vista educacional, es importante aportar a los padres las recomendaciones sobre cuándo, por qué y en qué momento consultar al médico. En este sentido, se deben vigilar los signos de empeoramiento clínico y consultar con carácter urgente si su hijo presenta:

  • Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
     
  • Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.
     
  • Rigidez de cuello.
     
  • Convulsión o pérdida de conocimiento.
     
  • Dificultad para respirar (marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).
     
  • Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).
     
  • Si no orina o la orina es escasa.
     
  • Siempre requiere consulta urgente la fiebre en un niño menor de 3 meses.

    Un profesional sanitario como el médico o el farmacéutico puede guiarnos en caso de fiebre en niños, aportando sus consejos y recomendaciones acerca del manejo apropiado del niño febril. Puede indicarnos cómo y en qué situaciones utilizar un antipirético adecuadamente y enfatizar la importancia de la observación de aquellos síntomas que están asociados con más frecuencia con enfermedades graves.

REFERENCIAS

  1. Correa Vélez, J.A. Fiebre en niños. CCAP Módulo 1, octubre de 200. Pág 17-31. [Acceso: 9 de junio de 2023]. Disponible en: http://mimosytetablog.com/wp-content/uploads/2014/05/CAPFIEBRE.pdf
     
  2. De la flor i Brú. Fiebre; utilización de analgésicos y antitérmicos. Pediatr integral 2014; XVIII (1): 44-47. [Acceso: 9 de junio de 2023]. Disponible en: https://www.pediatriaintegral.es/wp-content/uploads/2014/xviii01/05/44-47%20Regreso%201-2014.pdf
     
  3. Gómez Ayala, A.E. La fiebre en la edad pediátrica. Pautas de actuación. Offarm. Enero 2008; 27(1): 53-57. [Acceso: 9 de junio de 2023]. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-pdf-13114931
     
  4. Gómez, B.; Mintegi, S. Fiebre sin foco. Pediatr integral 2018; XXII (5): 211-218. [Acceso: 12 de junio de 2023]. Disponible en: https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2018-07/fiebre-sin-foco-2/
     
  5. Decálogo de la fiebre. Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. [Acceso: 21 de julio de 2023]. Disponible en: https://www.aepap.org/sites/default/files/decalogo_de_la_fiebre_folio_.pdf
Ver todos los artículos