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13.07.2020

Que “el dolor” no altere ningún plan

El dolor es un problema de salud pública, uno de los trastornos que más afecta y preocupa a las personas, y es el síntoma que con mayor frecuencia motiva una consulta médica. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor lo definió como “una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial”. Existen diferentes tipos de dolor, se pueden clasificar atendiendo a diferentes factores: en función de su duración, patogenia, localización, curso e intensidad entre otros.

El tratamiento del dolor se basa en el uso de analgésicos según la Escala Analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que se puede obtener un buen control en un alto porcentaje de los casos

Algunos tipos de dolor

Según su duración:

  1. Agudo: limitado en el tiempo, con escaso componente psicológico. En la clínica diaria, el punto de inflexión entre un dolor agudo y crónico se encuentra en los tres meses. Por ejemplo dolores ocasionales de cabeza, dentales, menstruales, musculares (contracturas) o de espalda (lumbalgia).
  2. Crónico: ilimitado en su duración, se acompaña de componente psicológico. Desde el punto de vista de la investigación, se considera dolor crónico a todo aquel que persiste a los seis meses.  Por ejemplo un dolor por artritis.

Según su patogenia:

  1. Neuropático: Es un dolor punzante o quemante producido por un estímulo directo del sistema nervioso central o por lesión de las vías nerviosas periféricas. Por ejemplo, el dolor producido por presión sobre un nervio de la muñeca (causando el síndrome del túnel carpiano).
  2. Nociceptivo: es el tipo de dolor más frecuente, y se divide en somático y visceral. Es el que se suele experimentar tras una intervención quirúrgica, por ejemplo, cuando se cambian los vendajes o apósitos de la herida quirúrgica.
  3. Psicógeno: interviene el ambiente psico-social que rodea al individuo. Es típico que requiera la necesidad de un aumento constante de las dosis de analgésicos con escasa eficacia. Puede tratarse de cualquier tipo de dolor de cabeza, muscular, estomacal, etc., en el que intervienen factores de tipo psicológico.

Según la localización:

  1. Somático: es un dolor localizado, punzante y que se irradia siguiendo trayectos nerviosos. Suele originarse en estructuras como piel, músculo, hueso y articulaciones. El tratamiento debe incluir un antiinflamatorio no esteroideo (AINE).
  2. Visceral: es un dolor que se localiza mal, es inespecífico, continuo y profundo. Asimismo puede irradiarse a zonas alejadas al lugar donde se originó. Por ejemplo, el dolor típico de cólico.

Según el curso:

  1. Continuo: persistente a lo largo del día y que no desaparece.
  2. Irruptivo: exacerbación transitoria del dolor en pacientes bien controlados con dolor de fondo estable. Existen periodos del día en los que no existe dolor.

Según la intensidad:

  1. Leve: se pueden realizar actividades habituales.
  2. Moderado: interfiere con las actividades habituales.
  3. Severo: interfiere con el descanso.

Tratamiento del dolor

El tratamiento del dolor se basa en el uso de analgésicos según la Escala Analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que se puede obtener un buen control en un alto porcentaje de los casos (por ejemplo, en el dolor oncológico se obtiene en un 80% de los casos). La escala analgésica de la OMS es una aproximación para el uso de analgésicos paso a paso, según la severidad del dolor. Esta escala establece 4 escalones según la intensidad, de menor a mayor.  En el primer escalón se utilizan analgésicos no opioides (como fármacos no esteroideos-AINEs, paracetamol y metamizol). A partir del segundo escalón se añaden opioides de diferente potencia según proceda y siempre bajo el requisito de prescripción por un facultativo. En todos los escalones se pueden utilizar fármacos adicionales o coadyuvantes, para tipos específicos de dolor como el neuropático.

El dolor es una consecuencia directa o indirecta de varias enfermedades. En los casos de pacientes con dolor moderado-severo, los opioides son el pilar fundamental del tratamiento para el alivio de la dolencia en estos casos. A menudo estos pacientes no reciben el tratamiento adecuado, tanto en países en vías de desarrollo como en países desarrollados, ya que son en su mayoría inaccesibles. Deben ser prescritos por un médico y llevan un estricto control para asegurar un uso responsable y adecuado, garantizando así la seguridad y eficacia del medicamento. 

Sin embargo, en los casos en los que la intensidad del dolor sea de leve a moderado, o se trate de un dolor agudo, podemos acceder al tratamiento adecuado con analgésicos que no precisen prescripción médica con la indicación apropiada de un profesional sanitario como el farmacéutico, especialista del medicamento.

Alivio de síntomas menores

La regulación distingue entre aquellos medicamentos que requieren para su venta receta médica, y aquellos que no la requieren (llamados OTC –over-the-counter, o medicamentos publicitarios). Los medicamentos publicitarios tienen un margen riesgo/beneficio que permite su utilización sin supervisión médica para el alivio de una serie de síntomas (dolor de cabeza, fiebre, acidez estomacal, etc.), pero siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario como el farmacéutico.

La OMS ha promovido la automedicación responsable con medicamentos publicitarios subrayando la importancia de la información dirigida a los usuarios para lograr un uso adecuado. Así, la automedicación responsable debe ser entendida como “la voluntad de las personas o pacientes para participar de manera inteligente y autónoma (informados) en las decisiones y en la gestión de las actividades preventivas, diagnósticas y terapéuticas que les atañen”. El papel del farmacéutico es clave para la seguridad del paciente. Como profesional sanitario especializado en el medicamento, su actuación se centra en el uso racional de los mismos, y su misión es garantizar el uso seguro, efectivo y eficiente de los medicamentos. Tiene la capacidad de ofrecer formación y educación sanitaria a la población en cuanto al manejo de su salud de manera constante y continuada.

En base a ello, la OMS en colaboración con la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), delimitó las funciones principales de los farmacéuticos comunitarios en relación con el autocuidado y la automedicación.

La automedicación responsable (bajo criterio o consejo de un profesional sanitario) para el tratamiento de algunos síntomas e incluso para el seguimiento de ciertas enfermedades crónicas (después de un diagnóstico médico inicial), disminuye la demanda impuesta en los servicios de salud.

Utilización de AINEs

En el Informe de utilización de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) en España durante el periodo 2013-2016, se citan los AINEs como uno de los grupos terapéuticos más utilizados a nivel mundial, encontrándose en España dentro de los primeros 15 grupos de medicamentos con mayor consumo.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios emitió una nota informativa 15/2012 en la que se concluía que el balance beneficio/riesgo de los AINEs se mantiene favorable. Para algunos medicamentos, los resultados son acordes con la información de la ficha técnica y recomiendan utilizar los AINEs a las dosis eficaces más bajas y durante el menor tiempo posible, teniendo en cuenta factores de riesgo cardiovascular y gastrointestinal de cada paciente.

Algunos de los AINEs – OTC, tienen bien establecida su efectividad en muchas condiciones clínicas que cursan con dolor e inflamación. Los estudios de seguridad apoyan el uso de las dosis bajas de estos medicamentos durante un período de tiempo no superior a diez días para trastornos leves y auto limitados, ya que a esas dosis presenta un buen perfil  de seguridad.

Aparición de dolor

El dolor puede presentarse en el día a día e incluso puede llegar a limitar la realización de ciertas tareas o actividades cotidianas. Algunos dolores pueden combatirse mediante analgésicos que no precisen receta médica y que ayuden a revertir esa situación, bajo la indicación de un profesional sanitario.

Así, en la farmacia comunitaria se pueden encontrar distintas presentaciones analgésicas que consiguen un alivio rápido y eficaz del dolor y que pueden ayudar a resolver una situación de este tipo.
 

Referencias

  1. Unidad de tratamiento del dolor. Estándares y recomendaciones de calidad y seguridad. Informes, estudios e investigación 2011. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/EERR/Unidad_de_tratamiento_del_dolor.pdf
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  4. Pascale Vergne-Salle, MD.  La Escalera Analgésica de la OMS: ¿es apropiado para el dolor articular? De los AINE a los opioides. https://s3.amazonaws.com/rdcms-iasp/files/production/public/Content/ContentFolders/GlobalYearAgainstPain2/2016/FactSheets/Spanish/18_Formatted_Spanish.pdf
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  11. Caelles Franch N, Silva Castro MM. Efectividad, seguridad y uso de ibuprofeno no sujeto a prescripción médica. farmacéuticos Comunitarios 2013; 5(4): 152-162. [Acceso: 08 de junio de 2020]. Disponible en: https://www.farmaceuticoscomunitarios.org/es/system/files/journals/576/articles/5-4-152-162.pdf
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