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14-06-2021

PRODUCTOS SIMBIÓTICOS: BENEFICIOS Y MODOS DE ACCIÓN

Los nuevos estilos de vida han provocado, por un lado, el abandono de determinados hábitos saludables de alimentación y, por otro, un incremento del interés por conocer la composición de la microbiota de las diferentes localizaciones del organismo y su relación con diferentes patologías. Es, en este contexto, donde tienen cabida los complementos alimentarios que aportan beneficios para la salud. Actualmente, se da gran importancia a la utilización de estos productos para corregir las posibles “disfunciones o alteraciones” de la microbiota intestinal, mediante la utilización de prebióticos, probióticos y simbióticos. Éstos han sido catalogados como productos de origen natural, beneficiosos para la salud, con propiedades biológicas activas y capacidad preventiva y/o terapéutica definida. De todos ellos, esta vez centraremos la atención en los productos simbióticos.

La potencial acción beneficiosa de la intervención con simbióticos ha tomado una importante atención en los últimos años por su contribución al desarrollo de un sólido mutualismo entre el huésped y su microbiota.

¿Qué es un simbiótico?

Un simbiótico es una preparación farmacéutica o alimentaria que contiene una o más especies de probióticos e ingredientes prebióticos. Así, un producto simbiótico ejerce un efecto probiótico y prebiótico

Recientemente (agosto de 2020), la International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics (ISAPP) publicó un documento de consenso en el que indica que sólo se deberían denominar simbióticos a aquellos preparados cuya combinación queda confirmada científicamente que presenta eficacia. Por lo tanto, la eficacia de una mezcla simbiótica no podrá atribuirse al beneficio clínico que ha sido demostrado por una cepa probiótica estudiada individualmente.

La definición actualizada de simbiótico es “mezcla que comprende microorganismos vivos y sustratos utilizados selectivamente por los microorganismos del hospedador que confiere un beneficio para la salud del hospedador”.

Relación entre la flora intestinal y los productos simbióticos

La administración simultánea de probióticos y un sustrato que puedan metabolizar, proporciona a las cepas administradas mayores oportunidades para la colonización y supervivencia en el organismo hospedero al aumentar o prolongar sus efectos beneficiosos. Los simbióticos son la mejor estrategia para la integración del probiótico en el ecosistema, ya que aumentan la persistencia (vida útil del producto) y, por otra parte, proporcionan un sustrato específico para la biota bacteriana residente.

Utilizando la correlación entre la actividad de los mircoorganismos y la metabolización de los prebióticos por parte de éstos, se favorece el desarrollo de los componentes probióticos, potenciando sus propiedades saludables y generando un efecto sinérgico. Esto implica que un producto solo puede ser denominado simbiótico si ha demostrado inducir un efecto beneficioso superior al que se obtiene con la suma de los generados separadamente por sus integrantes. Adicionalmente, se espera que esta mejora se acompañe de un aumento cuantitativo de los componentes probióticos o de las actividades saludables.

Modos de acción de simbióticos:

Se conocen dos modos de acción simbiótica:

  • Acción mediante la mejora de la viabilidad de los microorganismos probióticos. Los simbióticos desencadenan una reducción de la concentración de metabolitos indeseables, así como una inactivación de nitrosaminas y sustancias cancerígenas. El uso de simbióticos permite un aumento significativo de los niveles de compuestos tales como: ácidos grasos de cadena corta, cetonas, disulfuros de carbono y acetatos de metilo, lo que puede tener un efecto positivo en la salud del huésped.
  • Acción a través del aporte de específicos efectos saludables. Los simbióticos presentan efectos antibacterianos, anticancerígenos y antialérgicos. También contrarrestan los procesos de descomposición intestinal y previenen el estreñimiento y la diarrea. Asimismo, pueden ser muy eficaces en la prevención de la osteoporosis, en la reducción de los niveles de grasa y glucosa en la sangre, en la regulación del sistema inmunológico y en el tratamiento de los trastornos cerebrales asociados con función hepática anormal.

Identificación de los productos simbióticos

Un producto simbiótico se puede identificar por contar en el etiquetado de su composición con probióticos y prebióticos. Las cepas probióticas se identifican según su género, especie, subespecie (si corresponde) y una designación alfanumérica que identifique una determinada cepa. Por otro lado, los prebióticos más habituales suelen ser: oligofructosa, inulina, galactooligosacáridos, lactulosa, oligosacáridos de la leche materna y fructooligosacáridos.


Beneficios de los productos simbióticos

La potencial acción beneficiosa de la intervención con simbióticos ha tomado una importante atención en los últimos años por su contribución al desarrollo de un sólido mutualismo entre el huésped y su microbiota. Así, están surgiendo nuevos ensayos clínicos contrastados sobre el uso de los simbióticos en diversas poblaciones para demostrar sus efectos beneficiosos para la salud.

Teóricamente, los simbióticos tienen un mayor efecto beneficioso sobre la biota intestinal que los probióticos y los prebióticos en forma aislada. Esto se debe a que reducen el pH, promueven el crecimiento de bifidobacterias y de la acción protectora (mediante la inhibición de microorganismos potencialmente patógenos), favorecen la estabilización del entorno intestinal y aumentan la liberación de ácidos grasos de cadena corta (AGCC).
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En estudios recientes se ha propuesto que los pacientes con cáncer colorrectal tienen una menor producción de AGCC y una mayor producción de bacterias “putrefactoras”, entre las  cuales la entrerotoxina de Bacteroideoides fragilis (ETBF) se ha ubicado como factor de riesgo para el cáncer colorrectal. Por su parte, Bifidobacterium longum ha demostrado atenuar la inflamación  intestinal y eliminar la ETBF. En un estudio reciente, se añadió fructooligosacáridos (FOS) para incrementar el potencial de actividad de bifidobacteria. Tras detectar la cantidad de bacterias putrefactoras y ETBF después de la ingestión de este simbiótico e investigar la potencial formación de AGCC y su posible desarrollo en un sistema de cultivo de células de cáncer de colon, encontraron que de manera aislada ambas sustancias mostraron una significativa actividad inhibitoria de las células en crecimiento, incremento del ácido butírico, isobutírico y acético, el mismo efecto que de manera conjunta como simbiótico puede prevenir el cáncer colorrectal.

En este sentido, existen en el mercado productos simbióticos que presentan como complementos alimenticios y que cuentan en su composición con lactobacilos, bifidobacterias (como Bifidobacterium longum) y fructooligosacáridos o fibra entre otros componentes; que dependiendo de su cantidad podrían ejercer una acción preventiva frente a ciertas enfermedades tal y como se acaba de detallar. Existen además presentaciones diferentes adaptadas a la edad infantil (desde lactantes de 6 meses) hasta la edad adulta. Para utilizarlos de manera adecuada, es importante conocer su composición y la indicación apropiada, bajo la supervisión de un profesional sanitario como el farmacéutico.

 

REFERENCIAS

  1. Mariño García, A.; Núñez Velázquez, M; Barreto Penié, J. Microbiota, probióticos, prebióticos y simbióticos. Rev Acta Médica 2016;17(1). [Acceso: 16 de mayo de 2021]. Disponible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=68527

     
  2. Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología. Probióticos y Prebióticos. World Gastroenterology Organisation (WGO), 2017.  [Acceso: 16 de mayo de 2021]. Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/probiotics-and-prebiotics-spanish-2017.pdf

     
  3. Swanson, K.S.; Gibson, G.R.; Hutkins, R. et al. the International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) consensus statement on the definition and scope os synbiotics. Nat. Rev Gastr Hepat. 2020, 17: 687-701. [Acceso: 17 de mayo de 2021]. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41575-020-0344-2.pdf

     
  4. Cucalón Arenal, J.M.; Blay Cortés, M.G. Actualización en probióticos, prebióticos y simbióticos para el médico de familia. Med. Gen. Fam. 2020; 9(5): 243-251. [Acceso: 17 de mayo de 2021]. Disponible en: http://mgyf.org/wp-content/uploads/2020/11/MGYF2020_049.pdf

     
  5. Abreu-Abreu. A.T. Prebióticos, probióticos y simbióticos. Rev. Gastro Mex. 2012; 77(Supl 1): 26-28. [Acceso: 17 de mayo de 2021]. Disponible en: http://www.revistagastroenterologiamexico.org/es-pdf-S0375090612000511
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