El aumento en la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares de los últimos años, junto con las proyecciones de mortalidad para las próximas décadas, pone de manifiesto el carácter urgente de implementar intervenciones bien planificadas para controlar la gran variedad de enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo aquellas acciones destinadas a dejar de fumar.
Como la exposición a los factores de riesgo cardiovascular se da desde edades tempranas, se debe expandir y ajustar esta estrategia a lo largo de la vida del individuo. Por ello, es necesario centrar los esfuerzos, no solo en el tratamiento de la enfermedad y la prevención cardiovascular, sino que también es primordial la promoción de la salud y la prevención.
Así, resulta importante saber qué es la salud cardiovascular, cómo pueden influir algunos factores como el colesterol y los triglicéridos en ella, conocer algunos consejos para cuidarla y cuáles pueden ser resultados de mejora de esta.
¿Qué es la salud cardiovascular?
Se conoce como la presencia de valores óptimos en los principales factores de riesgo cardiovascular, siendo éstos los que se asocian a la mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, entre los que destacan: presión arterial, alimentación, colesterol, tabaco, obesidad y sedentarismo.
Para tener una adecuada salud cardiovascular, es conveniente cumplir los siguientes criterios:
No fumar
Mantener un índice de masa corporal por debajo de 25 kg/m2
Seguir una dieta cardiosaludable
Realizar ejercicio físico regularmente
Unos niveles máximos de presión arterial sistólica (máxima) entre 120-129 mmHg, y unos de diastólica (mínima) entre 80-84 mmHg y por debajo si no hay clínica.
Controlar la glucemia en ayunas (mediciones antes de las comidas: 70-130 mg/dl; glucemia postprandial < 180 mg/dl).
Tener cifras de colesterolemia no tratada < 200 g/dl
Mantener una óptima salud bucal
¿Cómo pueden influir el colesterol y los triglicéridos en la salud cardiovascular?
Tanto el colesterol como los triglicéridos pertenecen al grupo de los lípidos, que son un conjunto de moléculas orgánicas, compuestas principalmente por carbono e hidrógeno, y en menor medida por oxígeno, que tienen como característica principal el ser hidrofóbicas o insolubles en agua, pero solubles en disolventes orgánicos como alcohol o acetona. De manera general se conocen como grasas o aceites, aunque el principal representante de este grupo en realidad son los triglicéridos, que son la forma en que los lípidos pueden almacenarse en el organismo, constituyendo para éste una fuente importante de energía. Los triglicéridos proceden tanto de la alimentación como de su propia síntesis en el hígado.
La principal consecuencia del exceso de colesterol en la sangre es el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Numerosos estudios han demostrado una relación entre los niveles de colesterol en la sangre y la incidencia de enfermedades cardiovasculares, ya que estas son más frecuentes en sujetos con hipercolesterolemia que los sujetos con niveles bajos de colesterol- LDL. Asimismo, se ha observado que la reducción de los niveles elevados de colesterol-LDL disminuye la incidencia de enfermedades coronarias. Sin embargo, el riesgo que confiere cualquier nivel de colesterol en la sangre depende también de la coexistencia de otros factores de riesgo, como los niveles de presión arterial, la diabetes, la edad, el sexo o el tabaquismo.
El colesterol, también perteneciente al grupo de lípidos o grasas, es el principal esteroide del organismo y es un componente fundamental de las membranas celulares, y precursor de otros componentes como sales biliares, hormonas sexuales, y otras hormonas, como los corticoides entre otros.
Circula por el sistema circulatorio del organismo humano formando complejos con proteínas, las lipoproteínas, ya que no es soluble en la sangre. El colesterol asociado a las lipoproteínas de baja densidad, colesterol-LDL, se conoce como colesterol malo, ya que transporta el colesterol del hígado al resto de los tejidos. El colesterol asociado a las lipoproteínas de alta densidad, colesterol-HDL, es conocido como colesterol bueno, ya que su principal función es “recoger” el colesterol de los tejidos y llevarlo al hígado.
Alteraciones de origen genético y/o la ingesta de una dieta con alto contenido en colesterol, se asocian a un aumento de los niveles de colesterol en la sangre: hipercolesterolemia. En estas circunstancias, el colesterol puede depositarse en las paredes de los vasos sanguíneos y contribuir al desarrollo de la aterosclerosis (síndrome caracterizado por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas en la capa íntima de las paredes de las arterias de mediano y grueso calibre), que está en la base del origen de las enfermedades cardiovasculares.
Los niveles de colesterol total se pueden clasificar de la siguiente manera:
Deseables: < 200 mg/dl
Límite alto: 200-240 mg/dl
Alto: >240 mg/dl
Además de los niveles de colesterol, es importante valorar los de triglicéridos en la sangre. Éstos son la principal fuente de energía del organismo. En los periodos entre las comidas, los triglicéridos van desde el hígado a los distintos tejidos para cubrir sus necesidades metabólicas. Los triglicéridos no utilizados se depositan en el tejido adiposo. Los niveles de triglicéridos se pueden clasificar de la siguiente manera:
Deseables: < 150 mg/dl
Límite alto: 150-200 mg/dl
Alto: >200 mg/dl
Niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre aumentan el riesgo de padecer un ataque al corazón. Suponen un riesgo para la salud general, por ejemplo, presentar valores elevados de ambos parámetros puede incidir en un mayor riesgo de lesiones cutáneas, como xantomas o pancreatitis; y también puede aumentar el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular asociado a pérdida de memoria y función mental.
El control de los niveles de colesterol en la sangre se puede conseguir con cambios en el estilo de vida como llevar a cabo una dieta saludable, ejercicio físico y dejar de fumar, y con tratamiento farmacológico en caso necesario.
Consejos para cuidar la salud cardiovascular
Algunos consejos útiles para mantener una buena salud cardiovascular son los siguientes:
Ejercicio físico y peso corporal para reducir el colesterol y los triglicéridos ya que: Andar enérgicamente 25-30 km a la semana aumenta los niveles de colesterol bueno hasta 6 mg/dl. Reducir peso: por cada kilo perdido aumenta el HDL una vez estabilizado el peso.
Alimentación: la dieta mediterránea es idónea, ayudando a mejorar la salud cardiovascular, entre otros muchos beneficios.
Reducir las grasas saturadas tiene un importante impacto. Un consejo útil sería sustituir mantequilla y margarina por aceite de oliva, que reduce los niveles de LDL hasta 16 mg/dl.
Aumentar el consumo de fibra ya que la fibra soluble reduce las cifras de colesterol total y LDL. Este componente se encuentra en alimentos tales como avena, legumbres, frutas, verduras y cereales integrales.
Mejor carnes magras y pescado azul: priorizar el pescado magro y azul, rico en omega-3 que ayuda a reducir los triglicéridos, y reducir los embutidos y otros cárnicos procesados, ricos en grasa saturadas.
Priorizar lácteos desnatados frente a lácteos enteros y derivados, como queso o nata, para ayudar a disminuir el LDL.
Alcohol y tabaco:
El alcohol afecta de forma negativa a los triglicéridos, especialmente en personas con niveles elevados.
Dejar de fumar puede aumentar los niveles de HDL, además de mejorar la salud cardiovascular.
Resultados de mejora de la salud cardiovascular
Numerosas vías han demostrado la estrecha relación entre el colesterol, unido a las lipoproteínas de baja densidad (colesterol-LDL) y la formación de placas de aterosclerosis, que a su vez constituye la principal causa de enfermedad cardiovascular. El resultado obtenido con la disminución de los niveles plasmáticos de colesterol-LDL deriva un mayor beneficio clínico, conforme se alcanza la disminución extrema de dichas cifras. Por ello, resulta interesante controlar tanto el colesterol como los triglicéridos para obtener una mejora en la salud cardiovascular.
En este sentido, existen en el mercado actual complementos alimenticios que ayudan a controlar los triglicéridos plasmáticos y contribuyen al funcionamiento normal del corazón. Este tipo de complementos alimenticios contienen en su composición monocolina (levadura roja de arroz) que inhibe la síntesis del colesterol; berberina y silimarina (Cardo mariano), que reducen potencialmente el colesterol total, LDL, triglicéridos y aumentan el HDL; vitamina B1 y ácido fólico (vitamina B9), que también reduce el colesterol total y el LDL. Se pueden encontrar presentaciones en comprimidos y, tomando un comprimido al día, acompañado de unos buenos hábitos saludables pueden ser efectivos. Es importante que, si se experimenta algún problema de salud, como diabetes, problemas hepáticos o problemas cardíacos, se consulte al médico antes de consumirlos. Además, no debe utilizarse junto con medicación para reducir el colesterol ni si ya se consumen otros productos que contengan arroz fermentado con levadura roja.
Por tanto, siempre es aconsejable contar con las recomendaciones de un profesional sanitario como el farmacéutico o el médico, que podrán orientarnos sobre la manera masa adecuada de utilizar un complemento de este tipo, así como los consejos y pautas de estilo de vida, que deben acompañarlo.
REFERENCIAS
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