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02/12/2024

Intolerantes a la lactosa en comidas navideñas

La intolerancia a la lactosa es una afección con alta prevalencia a nivel mundial, cuyas manifestaciones clínicas son variadas y similares a las de otras enfermedades como celíaca, síndrome de sobrecrecimiento bacteriano o síndrome de intestino irritable.

Se trata de un trastorno síndrome caracterizado por meteorismo, dolor abdominal, flatulencia, náuseas, vómitos y ocasionalmente evacuaciones de menor consistencia ocasionados por el consumo de leche y sus derivados. Los síntomas son inespecíficos y de intensidad variable, ya que dependen de la cantidad de lactosa ingerida y la susceptibilidad individual.

Dada la elevada prevalencia que presenta la intolerancia a la lactosa y la proximidad de las fechas navideñas, cabe esperar que las personas que sufren este trastorno prevean ciertas limitaciones en relación con las comidas familiares que se avecinan. Por ello, resulta interesante conocer aspectos como: por qué se producen los síntomas de la intolerancia a la lactosa, si eliminar los productos lácteos de la dieta tiene consecuencias, cuál es el tratamiento de la intolerancia a la lactosa, así como recursos útiles para hacerle frente en las comidas navideñas.

¿Por qué se producen los síntomas típicos de la intolerancia a la lactosa?


Los síntomas atribuidos a la intolerancia a la lactosa se deben a la propiedad osmótica que presenta la propia lactosa, por la cual atrae agua desde el espacio intravascular a la luz del intestino. Este proceso depende por una parte de la velocidad con la que llega el disacárido lactosa al intestino (que a su vez refleja la cantidad de lactosa que no fue hidrolizada), y por otra parte, como la fermentación bacteriana de lactosa produce hidrógeno, metano, nitrógeno y ácidos grasos de cadena corta, éstos productos contribuyen también a la aparición de dichos síntomas.

Eliminar los productos lácteos de la dieta, ¿tiene consecuencias?


La eliminación de lácteos de la dieta no parece ejercer efectos dañinos en la salud, incluso se ha propuesto como un grupo de alimentos no indispensables para la vida adulta. No obstante, varios análisis han asociado esta deficiencia en la dieta con enfermedades como el cáncer o enfermedades autoinmunes.

Un metaanálisis que tuvo por objetivo evaluar el consumo de leche y sus derivados y el riesgo de mortalidad, enfermedad coronaria y enfermedad cardiovascular, concluyó que no hubo asociación entre estas variables; sin embargo, se presentaron asociaciones inversas entre el consumo de lácteos fermentados, con la mortalidad y el riesgo de enfermedad cardiovascular.

En otro metaanálisis, se encontró una asociación inversa entre el consumo de lácteos, riesgo total de enfermedad cardiovascular y de infarto. Este estudio permitió conocer que el riesgo de infarto disminuye por el consumo de lácteos bajos en grasa y queso. Así mismo, encontraron que el riesgo de enfermedad coronaria disminuye por el consumo de queso. En este estudio se concluye que los lácteos proveen un efecto positivo en las enfermedades cardiovasculares y, en particular los lácteos descremados y el queso, protegen contra la incidencia de enfermedad coronaria e infarto.


Por todos los datos aportados hasta el momento en los diferentes estudios realizados sobre el papel de los lácteos en la salud gastrointestinal y la salud en general, no hay una recomendación firme de evitar este grupo de alimentos en pacientes que presenten intolerancia a la lactosa, ya que proporcionan efectos beneficiosos.

Tratamiento de la intolerancia a la lactosa


El tratamiento de la intolerancia a la lactosa es especialmente relevante cuando los síntomas merman la calidad de vida del paciente. Una de las medidas que habitualmente se adopta en primer lugar es la eliminación del consumo de leche y sus derivados; de hecho, existe la tendencia en la población intolerante a tener cierto rechazo a todos ellos. Sin embargo, aparte de los beneficios que estos productos aportan, cuando se evita el consumo de leche, puede aumentar también el riesgo de no alcanzar las recomendaciones de algunos nutrientes como el calcio, y quizá también las proteínas, por lo que en estos casos se debe cuidar que se consuman alimentos alternativos que aporten la cantidad suficiente de ellos. Asimismo, se debe tener precaución con aquellos medicamentos en los que entre los excipientes se encuentre la lactosa y con ciertos alimentos preparados que pueden presentarla en su composición, como por ejemplo algunos embutidos.

En la actualidad se recomienda la reducción de la ingesta de lactosa, más que una dieta restrictiva, ya que la mayoría de los pacientes con intolerancia pueden tolerar unos 12 g de lactosa sin experimentar clínica.

Tanto una ingesta menor de 240 cc de leche al día, como el yogur y los quesos curados suelen tolerarse bien. En el mercado existen leches bajas en lactosa y otras alternativas como la leche de soja que se puede tomar con tranquilidad, ya que no contiene lactosa. También se pueden consumir otros alimentos bajos en lactosa y ricos en calcio, como por ejemplo los vegetales de hoja verde (brécol, coles, acelgas, lechuga) y productos del mar (sobre todo las sardinas en conserva, también el atún y el salmón).

En general, los lácteos sientan peor si se toman solos o en grandes cantidades de golpe (como un vaso de leche en ayunas), pero pequeñas cantidades combinadas con otros alimentos suelen tolerarse bien. Mucho mejor si se acompañan de otros productos que nos ayudarán a digerir la lactosa, por ejemplo, probióticos o fermentados como yogur natural, kéfir, pan de masa madre, etc.

Recursos útiles para hacer frente a la intolerancia a la lactosa en las comidas navideñas


Las personas con intolerancia a la lactosa en muchas ocasiones deben renunciar algunos de los platos más tradicionales de estas fechas navideñas por su contenido en lactosa, ya que pueden provocarles molestias como dolor, hinchazón abdominal, gases, náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, cada vez hay más recursos y posibilidades para poder adaptar las comidas de estos días sin renunciar a platos especiales.

Se debe tener en cuenta que la intolerancia lactosa es algo peculiar, en tanto que no todo el mundo la padece de la misma manera. Es importante conocerse a uno mismo, conocer qué cantidad se puede tomar sin presentar molestias y qué productos se deben evitar.

Un buen consejo de cara a las fiestas navideñas sería planificar todo el menú adaptándolo a las necesidades que pueda tener algún comensal. Para ello, existen multitud de recetas para intolerantes a la lactosa

Por otro lado, una buena opción y solución práctica para no eliminar la lactosa de la dieta es utilizar suplementos de lactasa como adyuvantes. En la farmacia podemos encontrar estos complementos alimenticios en comprimidos que permiten consumir productos lácteos y que contienen en su composición la enzima lactasa de 4.500 o incluso de 15.000 FCC por comprimido y son de especial utilidad en aquellas personas que presentan una producción insuficiente de la enzima. Se pueden tomar hasta 12 comprimidos al día de los complementos que contienen lactasa de 4.500 FCC y hasta 3 comprimidos al día para los de 15.000 FCC. Algunos de ellos se presentan en formatos cómodos para llevar a todas partes, por ejemplo, de estilo petaca, lo que facilita su transporte y fomenta su utilidad.  

No obstante, es conveniente consultar con su médico o farmacéutico en caso de intolerancia a la lactosa, ellos pueden indicarle las recomendaciones más adecuadas para controlar dicho trastorno, equilibrando la dieta y cambiando hasta que desaparezcan las molestias; así como las soluciones que se pueden encontrar en el mercado actual, como los complementos alimenticios mencionados previamente, que se pueden utilizar en la cantidad adecuada si come fuera de casa y no se está seguro de si los platos contienen o no lactosa.

REFERENCIAS

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