Para conocer más acerca de sus causas, su diagnóstico y su tratamiento, se puede consultar el siguiente enlace.
El verano es una época en la que hay que prestar especial atención al herpes labial ya que la luz solar puede influir en la reaparición de la infección y es conveniente conocer los factores desencadenantes, así como algunos consejos para prevenirlo y tratarlo en caso necesario, con el adecuado consejo de un profesional sanitario.
Reactivación del herpes por exposición luz solar
La fotosensibilidad se refiere a varios síntomas, enfermedades y fotodermatosis causados o exacerbados por la exposición a la luz solar. Así, la fotosensibilidad puede presentarse en hombres y mujeres de diferentes grupos étnicos y factores ambientales y genéticos pueden relacionarse con su aparición.
Esta fotosensibilidad se da por una reacción anormal entre un compuesto reactivo de la piel y un componente de la luz solar, la cual tiene subdivisiones como la radiación ultravioleta A (suele ser la más común y la más asociada a fotodermatosis), la B y la radiación gamma. Los rayos X utilizados en la radioterapia también puedan activar al VHS-1 y al VHS-2; sin embargo, se necesitan más estudios para esclarecer la posible relación entre la radioterapia y la activación de este tipo de virus.
Las fotodermatosis se dan por una interacción irregular de la luz UV y la piel, y la mayor parte son reguladas mediante el sistema inmunológico. Asimismo, las dermatosis fotograbadas son aquellas afecciones cutáneas preexistentes que empeoran debido a esta exposición.
En un estudio se observó que la tasa de recurrencia del herpes labial puede disminuir con el uso de un protector solar con SPF 30 debido a que el 50% de los voluntarios que no lo utilizó presentó herpes labial recurrente por exposición a la luz solar. No obstante, se requieren más estudios in vivo para comprender y prevenir la recurrencia del herpes labial ante factores ambientales. El uso de protección solar se considera uno de los tratamientos que puede utilizarse para evitar recurrencias, para minimizar el efecto de los rayos UV (pantalla química o física) entre otros medios, que, aunque con resultados inconcluyentes, pero al ser poco invasivos y no tóxicos se consideran recomendables.
Factores desencadenantes
Tras la primoinfección, el virus del herpes simple permanece en estado de latencia de por vida, pudiendo reactivarse posteriormente gracias a su capacidad de cronificarse en los ganglios sensitivos. Su periodo de latencia puede activarse de modo asintomático y, ocasionalmente, con síntomas clínicos, que pueden ser graves, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos.
La frecuencia y gravedad de las reactivaciones depende de muchos factores, incluidos:
- La inmunodeficiencia
- Traumatismos
- Estrés, que afecta a nuestro organismo de forma general.
- Infecciones intercurrentes
- Cambios hormonales, debidos a la menstruación u ovulación, por ejemplo.
- La exposición a la luz solar (constituye un potente agente desencadenante y estimulante del herpes simple recurrente).
Cómo prevenir el herpes labial en verano
A nivel alimentario, es de gran ayuda llevar una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras frescas, en vitamina C, zinc y carotenos; ya que estos han demostrado su eficacia cuando se administran en forma de alimentos naturales (zanahorias, espinacas, pimientos rojos, acelgas, tomates, lechuga, etc.). Se puede utilizar Lactobacillus acidophillus para restaurar la flora intestinal y mejorar así el estado inmunitario.
Conviene aumentar los alimentos ricos en lisina (soja, levadura de cerveza, alubias, etc.) y los ricos en vitaminas: A, C, B y E y disminuir los alimentos ricos en arginina (frutos secos como cacahuetes o avellanas). Por otro lado, es aconsejable eliminar el azúcar en exceso y azúcares refinados y los tóxicos excitantes, café, té, chocolate, alcohol, tabaco, etc.
Además, se debe mantener una higiene correcta para evitar los contagios: no tocar las lesiones, evitar el contacto con los ojos y una adecuada hidratación y cuidado del resto de la piel sana.
Por otro lado, un tratamiento tópico u oral aliviará los síntomas del herpes labial y, además, el tratamiento tópico puede contribuir a su prevención.
Existen bálsamos preventivos que pueden utilizarse a diario para evitar un brote cuando se corre un mayor riesgo de reactivación del virus del herpes labial como es la época estival. Lo ideal es que el bálsamo contenga un filtro de protección solar para proteger los labios y para prevenir que el herpes labial vuelva aparecer por la luz ultravioleta. Un bálsamo de este tipo puede actuar sobre las distintas fases de evolución del herpes, aliviando el hormigueo, reduciendo la hinchazón, el tiempo de cicatrización y manteniendo una adecuada hidratación, evitando que la costra que se forma se agriete.
Cuando el herpes labial aparece tanto de manera puntual como cuando lo hace de forma recurrente, es importante tener en cuenta el consejo y las recomendaciones de un profesional sanitario como el farmacéutico. Además, el farmacéutico puede derivar al paciente a un especialista como el dermatólogo, cuando lo vea adecuado o en caso de que las recidivas sean superiores a 1-3 brotes mensuales, por ejemplo.
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