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22/10/2024

Cuidado de huesos y cartílagos

El estado de salud de los huesos de una persona incluye la estructura, la densidad, la resistencia y la flexibilidad de los mismos. Éstos mantienen el peso del cuerpo y proporcionan soporte estructural para los músculos y los órganos, por lo que mantener una buena salud ósea es importante para el mantenimiento de la movilidad y la buena salud en general.

El armazón de los huesos que protege los órganos y permite el movimiento constituye lo que se denomina sistema esquelético. Además de los huesos, el sistema esquelético consta de cartílagos, que se encuentran en los sitios de unión de los huesos, las articulaciones.

Dada la relevancia que tiene un buen mantenimiento de los huesos y los cartílagos en nuestra salud general, resulta interesante conocer qué son los huesos y los cartílagos, qué factores pueden afectar a ambos, así como algunos componentes beneficiosos y complementos alimenticios útiles para su cuidado.

¿Qué son los huesos?

Los huesos son estructuras rígidas y fuertes compuestas por proteínas y minerales como el calcio. El tejido óseo es un tejido conjuntivo, constituyente principal de los huesos en los vertebrados, compuesto por células y componentes extracelulares. Este tejido tiene una gran cantidad de sustancia intercelular que rodea las células óseas (llamadas osteocitos). Los osteocitos son el resultado de la maduración y desarrollo de las células productoras de hueso, que son los osteoblastos. La sustancia intercelular contiene sales minerales de fosfato y carbonato de calcio que son responsables de la dureza del hueso. Además, embebidas entre la sustancia intercelular, se encuentran fibras colágenas, que dan un refuerzo adicional al hueso.

A pesar de su apariencia sólida y homogénea, los huesos son porosos. Los poros contienen células vivas y vasos sanguíneos, y la cantidad de éstos en cada hueso determina su clasificación en compactos (pocos poros) y esponjosos (muchos poros).

El hueso tiene la propiedad de reemplazarse a sí mismo a lo largo de la vida. Esto significa que el hueso está destruyéndose y generándose permanentemente. Esta propiedad permite al tejido óseo, por un lado, servir como almacén para el calcio y el fósforo que necesitan otros tejidos para realizar sus funciones adecuadamente, como el tejido nervioso o el muscular y, por otro lado, regenerar el hueso gastado o lesionado, sustituyéndolo por hueso nuevo. Las células responsables de la destrucción del tejido óseo son los osteoclastos. En definitiva, la disponibilidad de huesos normales y adecuados depende de la actividad armónica de los osteoblastos y los osteoclastos para la destrucción y formación permanente del hueso.

¿Qué son los cartílagos?

Los cartílagos son un tejido firme, duradero y flexible, que cubre los extremos de los huesos en una articulación. También dan forma y apoyo a otras partes del cuerpo, tales como las orejas, la nariz y la tráquea, entre otros. El cartílago sano ayuda a moverse y protege a los huesos; mientras que el cartílago lesionado, inflamado o dañado puede causar síntomas como dolor y limitación del movimiento.

En concreto, el cartílago articular es un tejido elástico, carente de nervios, vasos sanguíneos y linfáticos, de grosor variable, que reduce la fricción y ofrece una superficie articular lubricada, que permite que los huesos se deslicen y giren uno sobre otro sin desgastarse.

¿Qué factores pueden afectar a los huesos y los cartílagos? 


Existen dos formas de creación de nuevo material óseo por parte de los osteoblastos: la primaria, en la que el tejido conjuntivo embrionario es transformado directamente en hueso; y secundaria, en la que el hueso se forma partir de una base cartilaginosa. En este último caso, el cartílago no se transforma en hueso, sino que a partir de núcleos de osificación es sustituido progresivamente por él.

El crecimiento simultáneo y la sustitución del cartílago por tejido óseo, así como el posterior desarrollo del hueso, están sometidos a la influencia de factores vasculares, nerviosos, mecánicos, y hormonales.

Todas las investigaciones confirman la formación simultánea y la estrecha proximidad de vasos sanguíneos a las áreas donde se está formando hueso. La vascularización es imprescindible para el desarrollo fisiológico del tejido óseo al aportar células sanguíneas, oxígeno, minerales, principios inmediatos, iones, hormonas y factores de crecimiento. De igual manera, adyacentes a estas áreas de crecimiento, deben hallarse fibras nerviosas sensoriales. Además, por su proximidad al hueso, los músculos son las estructuras con mayor influencia en su formación, estructura y remodelado. La propia actividad muscular del embrión y la transmisión de actividad física de la madre, proporcionan un conjunto de fuerzas que afectan a la forma del tejido cartilaginoso y, por lo tanto, del hueso.

A su vez, las alteraciones en la intensidad o la distribución de las presiones musculares o gravitacionales que se aplican a los cartílagos pueden modificar la forma y el tamaño finales de los huesos, y la orientación seguirá la dirección de las máximas fuerzas de compresión a las que sean sometidos. Cuando un hueso es sometido a cargas sostenidas superiores a las que soporta de forma habitual, la tensión generada localmente conduce a una mayor formación de tejido óseo.
 

Así, la cantidad de hueso que un individuo posee en cada momento es el resultado del balance entre su reabsorción y su formación, está determinado por una serie de factores:

  • Genéticos. Por ejemplo, los individuos de raza negra poseen una masa de densidad ósea superior a los de raza blanca y estos, a su vez, más que los japoneses.
  • Alimentarios. Para el desarrollo correcto es recomendable mantener una dieta completa y equilibrada.
  • Mecánicos. La actividad física desempeña un papel primordial, tanto en la formación y el desarrollo del hueso como en su remodelado.
  • Hormonales. El desarrollo fisiológico del tejido óseo precisa la normalidad del sistema endocrino (hipotálamo, hipófisis, tiroides, para tiroides, páncreas, glándulas suprarrenales y gónadas, intervienen directa o directamente en la formación y reabsorción del hueso).

Componentes beneficiosos para la salud de huesos y cartílagos 

Para disponer de un sistema osteomuscular sano y fuerte es importante llevar una dieta sana y equilibrada, evitar la obesidad, y conocer y cumplir las normas de higiene postural para que la carga soportada, principalmente por la columna vertebral y su musculatura, sea la menor posible.

Además, algunos complementos alimenticios que pueden resultar beneficiosos para garantizar el buen funcionamiento del sistema osteomuscular, y prevenir el desarrollo de patologías óseas, musculares y articulares podrían ser:

  • Glucosamina: se encuentra de forma natural en el organismo, pero su cantidad disminuye con la edad. Los suplementos de glucosamina pueden aumentar la cantidad de cartílago y líquido sinovial y prevenir el deterioro de estas sustancias. 
  • Condroitina: se trata de un polisacárido que tiene tendencia a ocupar un gran volumen por su consistencia y expandirse posteriormente a la compresión, constituyendo un relleno perfecto para las estructuras de soporte del organismo. Es decir, aporta al cartílago de manera exógena sus propiedades mecánicas y elásticas, proporcionando la resistencia a la compresión. Además, se ha demostrado que su combinación con glucosamina reduce significativamente el dolor en las enfermedades articulares.
  • Metilsulfonilmetano (MSM): es una fuente de azufre altamente biodisponible, por lo que promueve la cicatrización de heridas y la regeneración del cartílago articular. Además de actuar como antiinflamatorio y posibilitar la recuperación de células y estructuras de tejido dañadas, mitiga el dolor en procesos inflamatorios, en articulaciones, tendones, etc.

Complementos alimenticios útiles para el cuidado de huesos y cartílagos

Hoy en día, podemos encontrar el mercado actual complementos alimenticios que cuentan en su composición con algunos de los ingredientes útiles para el cuidado de huesos y cartílagos. Constituyen una fórmula completa con sustancias que contribuyen a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de huesos y cartílagos, a la protección de las células frente al daño oxidativo y a disminuir el cansancio y la fatiga. Incluso nos podemos encontrar este tipo de complementos alimenticios en un innovador formato fácil de llevar. Con algunos de ellos se consigue una disolución instantánea, evitando así la formación de grumos o acumulaciones.

Existe también algunas presentaciones enfocadas a un cuidado más intensivo de huesos y cartílagos, cuyos componentes cuentan con ingredientes como la glucosamina, condroitina o MSM; así como plantas tradicionalmente utilizadas para osteoartritis (como Cúrcuma, Harpagofito y Bromelaína) y además de ácido hialurónico y vitamina C. Ese tipo de complementos podemos encontrarlos en formato stick, cómodo de utilizar.

En caso de querer utilizar este tipo de complementos alimenticios para obtener sus beneficios sobre huesos y cartílagos, puede consultar a su médico o farmacéutico, ya que ellos como profesionales sanitarios, le ayudarán a escoger la opción más adecuada a sus objetivos.

REFERENCIAS 

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