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28-05-2020

Astenia primaveral en el confinamiento

La primavera es una estación en la que podemos sentirnos de manera general más cansados. Factores como la subida de temperaturas, el aumento de horas de luz, los cambios de presión atmosférica y humedad o la aparición de alergias, provocan en la población alteraciones físicas y del estado de ánimo. El organismo sufre un proceso de adaptación en el que las personas pueden presentar somnolencia, irritabilidad, cansancio o apatía.

La astenia se considera el séptimo motivo de consulta en Atención Primaria, siendo la causa de su origen más común el estrés, seguido de las infecciones virales, las infecciones respiratorias, el déficit de hierro, los efectos secundarios de medicamentos y la patología ansiosa y depresiva.

¿Qué es la astenia primaveral?

La astenia, de manera general, se define como la sensación subjetiva de falta de energía o agotamiento físico o mental, no necesariamente asociado a ninguna actividad física, que conlleva la disminución de la capacidad para trabajar y llevar a cabo las tareas habituales. Cuando esto ocurre en la época de primavera, se denomina astenia primaveral. Es la sensación subjetiva de falta de energía o agotamiento físico o mental, caracterizada por cansancio, con afectación física y psíquica y apatía. La astenia primaveral no es considerada una patología, sino un síntoma aislado y transitorio que no responde a un motivo concreto, siendo leve y de corta duración. Su percepción y descripción son totalmente subjetivas, por ello es difícilmente valorable.

Puede entenderse como un proceso de adaptación al cambio de los factores mencionados que no exceda de dos semanas de duración. La presencia de otros síntomas es más habitual cuando subyace una causa concreta, ya sea física o psicológica. Los síntomas asociados ayudan a orientar la etiología, se debe investigar la existencia de síntomas que sugieran un origen orgánico, como fiebre, sudoración nocturna, pérdida o aumento de peso, cefalea, dolor torácico, etc.

Prevalencia y datos

La astenia presenta una prevalencia de un 25 %, según estudios realizados. Las personas en rango de edad entre los 15 y los 34 años, son más sensibles a estos cambios ambientales que las personas adultas de mediana edad. La astenia se considera el séptimo motivo de consulta en Atención Primaria, siendo la causa de su origen más común el estrés, seguido de las infecciones virales, las infecciones respiratorias, el déficit de hierro, los efectos secundarios de medicamentos y la patología ansiosa y depresiva.

Confluencia de astenia y confinamiento

La epidemia infecciosa que padecemos ha implicado el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento, lo que puede contribuir a que las personas experimenten ansiedad, preocupación o miedo por distintos motivos: su propio estado de salud, el estado de salud de otros a los que haya podido contagiar, la atención a menores o familiares a su cargo e incluso la incertidumbre o frustración de cuánto durará esta situación.

El aburrimiento y la frustración de no estar conectado a la rutina habitual o a la simple falta de libertad para poder realizar las actividades cotidianas, puede llevar a la aparición de síntomas depresivos como irritabilidad, cambios en el apetito o alteraciones de sueño. Esta sintomatología puede verse potenciada por la época del año en la que está sucediendo, viéndose afectada por la astenia primaveral.

El período de confinamiento domiciliario ha contribuido a que la exposición solar haya sido mucho más dificultosa, a lo que se suma un período previo donde la insolación ha sido bastante escasa, lo que ha provocado que los niveles de vitamina D (prohormona que se activa en el contacto de la piel con los rayos ultravioleta tipo B) en la población, puedan estar algo bajos. Según publicaciones recientes, un nivel bajo de vitamina D, influirá en el sistema inmune debilitándolo y, por tanto, dificultando la defensa a los agentes externos, siendo éste uno de los déficit identificados en estudios realizados en pacientes infectados por  COVID-19.
Cabe esperar que la población cambie y adquiera ciertos hábitos, entre ellos, la prevención, procurando mantener su sistema inmunitario en alerta, entre otras medidas. 

¿Qué podemos hacer?

Estamos ante una situación especial en la que progresivamente iremos recuperando la posibilidad de realizar actividades al aire libre con el fin del período de confinamiento. En este aspecto, podemos ayudar a preparar nuestro organismo para facilitar que la adaptación se produzca de una manera óptima con algunas recomendaciones:

  • Ir adaptando la rutina diaria a las posibilidades que se vayan permitiendo hasta un desconfinamiento total.
  • Llevar un horario regular de sueño/vigilia, con un descanso de unas 8 horas diarias.
  • Realizar un horario regular de comidas, siguiendo una dieta equilibrada y variada, limitando los alimentos hipercalóricos, incluyendo alimentos vegetales y animales en nuestra ingesta diaria, adecuada a las circunstancias específicas, incluyendo frutas y verduras.
  • Tomar diariamente entre 10 y 15 minutos de sol en brazos, piernas y cara, aumentando en lo posible la superficie dérmica en contacto con el sol.
  • Cuando la alimentación habitual no sea equilibrada, bien por problemas de absorción o exposición a ciertos micronutrientes, existe la posibilidad de apoyar la ingesta con la ayuda de complementos alimenticios adecuados a la situación particular. 
  • La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), indica la conveniencia de la suplementación en determinados colectivos con factores de riesgo asociado como personas mayores, institucionalizados, niños y adolescentes en crecimiento, lactantes, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas como enfermedades renales, hepáticas, intestinales, óseas o inmunitarias.
  • Consumir una cantidad suficiente de agua al día, favoreciendo así una hidratación adecuada.
  • Realizar ejercicio físico moderado, se recomienda de media a una hora de ejercicio diario.

La mayoría de estudios realizados apoyan la conveniencia de suplementar con algún producto  medicamento con vitamina D, por ejemplo, en esta época de confinamiento.

Las vitaminas más estudiadas en el momento actual son vitamina D y vitamina C, por su relación con la infección por coronavirus. Estudios internacionales han referido la importancia de la suplementación diaria o semanal con vitamina D. No obstante, lo más conveniente a la hora de elegir un complemento alimenticio, sería adecuar la búsqueda a las necesidades particulares de cada persona.

En función del objetivo y la situación, se pueden encontrar complementos alimenticios enfocados a favorecer el rendimiento en personas con cansancio o agotamiento físico o intelectual; en aquellas que necesiten un aporte extra de energía porque tienen un estilo de vida activo o quieran favorecer la recuperación tras un proceso gripal o resfriado; o bien aquellas que busquen contribuir al equilibrio emocional, ayudando a mantener un estado de ánimo positivo, entre otros.

Conviene recordar que, en ningún caso, los complementos alimenticios son capaces de transformar una dieta poco equilibrada en saludable y que siempre se recomienda el consejo o supervisión de un profesional sanitario para determinar el complemento que resulte más adecuado.

#Revisa tu energía para un óptimo desconfinamiento

 

Referencias

Las consultas de atención primaria aumentan en primavera por cansancio y decaimiento. [acceso: 07 de mayo de 2020] https://www.semfyc.es/las-consultas-de-atencion-primaria-aumentan-en-primavera-por-cansancio-y-decaimiento/

Astenia. Portalfarma Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. [acceso: 07 de mayo de 2020] https://www.portalfarma.com/Ciudadanos/saludpublica/consejosdesalud/Paginas/astenia.aspx

Del Cura González, I; Rodríguez Monje, M.T. Mi paciente consulta por astenia. En: Casado V, Cordón F, García G, editores. Manual de exploración física: basado en la persona, en el síntoma y en la evidencia. Barcelona: semFYC 2012. pp. 178-87.

Álvarez Villalba, M.M.; Del Cura González, I. Me encuentro muy cansada. AMF 2019; 15 (3):141-146 ISSN(internet):1885-2521. [acceso: 07 de mayo de 2020] https://amf-semfyc.com/web/article_ver.php?id=2399

Taboada Rivas, S. ¿Existe la astenia primaveral?. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. [acceso 07 de mayo de 2020] https://www.semg.es/index.php/component/k2/item/503-existe-la-astenia-primaveral

Cuide su salud mental durante la cuarentena por coronavirus. Sociedad española de psiquiatría. [acceso: 07 de mayo de 2020] http://www.sepsiq.org/file/InformacionSM/SEP%20COVID19-Salud%20Mental%20Cuarentena.pdf

La SEMG recomienda enriquecer la dieta y exponerse al sol para compensar el déficit de vitamina D durante el confinamiento. Sociedad Española de Médicos generales y de Familia. [acceso: 07 de mayo de 2020] https://www.semg.es/index.php/noticias/item/551-noticia-20200414-1

Grant, W. B.; Lahore, H.; McDonnell, S.L.; Baggerly, C.A.; Fench, C.B.; Aliano, J.L.; Bhattoa, H.P. Evidence that Vitamin D suplplementation could reduce risk of influenza and covid-19 infections and deaths. Nutrients 2020, 12 (4), 988. https://www.mdpi.com/2072-6643/12/4/988/htm

Hernández, A.; Papadakos, P.J.; Torres, A.; González, D.A.; Vives, M.; Ferrando, C.; Baeza, J. Dos terapias conocidas podrían ser efectivas como adyuvantes en el paciente crítico infectado por COVID-19. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2020 (article in press). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7156242/

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