Afección en la garganta: prevención y cuidados

Afecciones de garganta

Las enfermedades más comunes de la garganta comprenden las infecciones virales como la faringitis y laringitis, enmarcándose en la mayor parte de las ocasiones en el término “catarro común”. También son habituales las infecciones bacterianas como la faringoamigdalitis. En este post se detallan algunas afecciones que pueden cursar con dolor de garganta.

El malestar de garganta es un síntoma común en diferentes patologías de alta prevalencia como el resfriado común, la faringoamigdalitis, etc.

La expresión de dolor de garganta puede hacer referencia a cualquier dolencia localizada en la boca, la faringe y/o la laringe. Asimismo, las afecciones bucofaríngeas se deben mayoritariamente a las infecciones del tracto respiratorio superior y se acompañan con frecuencia de dolor de cabeza, fiebre y malestar en general.

Por ejemplo, en las faringitis infecciosas causadas por estreptococo del grupo A, el dolor de garganta suele ser de aparición brusca y se presenta con frecuencia acompañado de fiebre, dolor de cabeza, náuseas, dolor abdominal, vómitos, inflamación y/o presencia de exudado faringoamigdalar, y adenopatías laterocervicales dolorosas con ausencia de tos. Las no infecciosas se deben con frecuencia a sustancias irritantes, alergias, sequedad del ambiente o traumatismos.

Si el dolor de garganta es leve y sin confirmación de causa bacteriana, se pueden realizar tratamientos locales, siempre aconsejados o supervisados por un profesional sanitario.

En este caso se puede recomendar el uso de caramelos duros que favorezcan la salivación, hidraten la mucosa y disminuyan la sensación de irritación. También se pueden utilizar comprimidos que lleven en su composición antisépticos como clorhexidina, antiinflamatorios o incluso anestésicos locales, que suelen aliviar el dolor con bastante rapidez. La clorhexidina es un antiséptico de rápida acción germicida, que presenta un amplio espectro de acción frente a bacterias, con alta seguridad ya que no se acumula en el organismo y tiene baja toxicidad. Las formas sólidas con acción local se deben administrar mediante una dilución lenta y completa en la boca.

También existen algunos compuestos naturales, como el liquen islandés, que se utilizan en las afecciones de garganta.

Así, la especie Cetraria islandica, L. acharius) fue nombrada como “Lichen islandicus” por Linneo, quien lo consideraba un remedio importante para combatir las enfermedades crónicas como las de los pulmones y el catarro entre otras. Entre sus usos tradicionales, en Finlandia en 1919 se introdujo en la farmacopea. Así, tras fragmentarlo y hervirlo, la decocción resultante se administraba para combatir los resfriados. Actualmente, en el mercado encontramos pastillas contra la tos y afecciones de garganta fabricadas con extractos de Cetraria islandica (liquen de Islandia).

Los talos de este liquen son ricos en polisacáridos (50%) y contienen también ácidos liquénicos. Gracias a la acción demulcente de los polisacáridos, que forman con el agua hidrocoloides de acción protectora, el liquen de Islandia tiene una considerable actividad antitusiva. Asimismo, presenta una acción hidratante al ceder agua a la superficie de la mucosa sobre la que se deposita. Otras actividades investigadas han sido su actividad microbiana y su capacidad para estimular la secreción salival. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso tradicional para el alivio de la tos asociada a faringitis.

No obstante, si el dolor de garganta se acompaña de los siguientes síntomas, se derivará la consulta al médico:

• Si el paciente tiene ronquera de más de 3 semanas de evolución.
• Si existe presencia de exudado amigdalar o de oído, manchas blancas en garganta, encías y lengua o exantema escarlatiniforme.
• Si se tiene dolor de cabeza frontal, paladar abombado, voz nasal, disnea, dolor torácico o esputo purulento o hemorrágico.

Afección en la garganta: cómo prevenirla

Existen una serie de cuidados que pueden contribuir a reducir los factores de riesgo que predisponen a sufrir algunas de las patologías más comunes y que, por tanto, sirven como medidas de prevención. Entre ellas se encuentran:

• Seguimiento de una dieta sana y equilibrada. El aporte de nutrientes ricos en vitaminas y minerales ayudará al sistema inmunológico a estar fortalecido frente al ataque a virus y bacterias causantes de infecciones de garganta.
• No fumar. El tabaco es un agente irritante de la faringe y la laringe y, por tanto, debilita sus mucosas y las deja más desprotegidas frente a la acción de agentes infecciosos.
• Evitar el alcohol. Al igual que sucede con el tabaco, el alcohol también actúa como irritante de las mucosas de la garganta y por tanto estas son más vulnerables al ataque de virus y bacterias.
• Abundante hidratación. Es importante mantener hidratada la garganta para facilitar la eliminación de gérmenes, además de proteger la mucosa frente a los mismos.
• Medidas de higiene adecuadas. Se recomienda taparse la boca con un pañuelo desechable al estornudar o toser, lavar las manos con frecuencia y no compartir ciertos útiles para evitar el contagio.
• Humidificación del aire en caso de ambientes secos.
• Procurar un buen descanso. Cuando la garganta y las cuerdas vocales descansan y no se fuerza la voz, están protegidas frente a las infecciones.
• Evitar el estrés ya que puede debilitar la garganta y hacerla vulnerable ante procesos infecciosos, así como repercutir en los trastornos vocales, por lo que hay que intentar lograr una cierta relajación del organismo. 
• Si existe un mal uso de la voz, debido a que se trabaja con la voz o bien porque se hace una mala utilización en cuanto a tono e intensidad (en muchos casos por no utilizar los medios de amplificación necesarios), dejar descansar las cuerdas vocales.
• Utilizar pastillas para chupar que calmen el dolor de garganta, la protejan y alivien las molestias.

De esta manera, teniendo en cuenta todas las medidas que están a nuestro alcance, se pueden mantener unas buenas pautas de cuidado de garganta, con la ayuda también de los tratamientos que se pueden utilizar en afecciones de tipo leve y que pueden prevenir y aliviar las molestias de este tipo de afecciones.

Un profesional sanitario como el farmacéutico, puede proporcionar la orientación adecuada para seleccionar el tratamiento más adecuado según la sintomatología que se presente y su evolución, valorando a su vez la derivación a otros profesionales sanitarios en caso necesario.

Referencias

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